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WWF: La población de especies ha disminuido 69% en promedio desde 1970.

La organización de conservación WWF o Fondo Mundial para la Naturaleza, publicó “Planeta Vivo 2022”, en el que detalló que la velocidad y la escala del impacto negativo de las actividades humanas en la naturaleza fueron las razones del deceso del 69% (promedio) en la abundancia poblacional de mamíferos, reptiles, aves, peces y anfibios de todo el mundo

En el informe, que se publica cada dos años, advirtieron sobre el estado crítico de la biodiversidad. Pidiendo a los gobiernos, las empresas y al público a tomar medidas transformadoras que reviertan su destrucción. Y aseguraron que el mundo enfrenta una doble emergencia inducida por el hombre, la crisis climática y la pérdida de biodiversidad, que amenazan el bienestar de la humanidad.

Por otro lado, en cuanto a especies, las poblaciones de agua dulce muestran un mayor descenso general en el ámbito mundial con un 83%.

En América Latina, una de las regiones más biodiversas del planeta, se que registró una vez más el declive regional más alto. Ya que la región ha tiene una disminución del 94% en las poblaciones monitoreadas. Pues el informe  repasó la situación en la Amazonía,  cuya cuenca se encuentra degradada en un 17%.

Asimismo, advirtió que el 26% de la Amazonía presenta un estado de perturbación avanzada, lo cual supone degradación de los bosques, incendios recurrentes y deforestación.

“Se trata de un nivel continuo de destrucción con repercusiones devastadoras en el ámbito local e implicaciones negativas para la estabilidad climática del planeta, pues almacena entre 150 mil y 200 mil millones de toneladas de carbono”, se asegura en el texto.

También hizo énfasis en que aunque el 27% de la Amazonía corresponde a territorios indígenas, en ellos se encuentran las menores tasas de deforestación.

“Es el hogar de más de 500 grupos de pueblos originarios, incluyendo a 66 grupos en aislamiento voluntario y contacto inicial. De ahí que se acentúe la necesidad de visibilizar el liderazgo de pueblos originarios y comunidades locales, pues sus enfoques de conservación sitúan las relaciones de reciprocidad personas-espacios en el centro de las prácticas culturales y cuidado. Además, incluye saberes científicos y ecológicos que se transmiten de generación en generación relevantes para evitar desastres naturales”, concluyeron.

En cuanto a deforestación en zonas tropicales, informó que este fenómeno genera emisiones de carbono y conduce a climas locales más cálidos y secos. Lo que incrementa la cantidad de sequías y de incendios y, dependiendo de su magnitud, reduce las precipitaciones y modifica sus patrones globales

“Ello es perjudicial para el clima, la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia de millones de personas a nivel global”, explica el informe.

 

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