La diputada de Morena, Susana Prieto Terrazas, propuso establecer los sábados y domingos como descanso dentro de la semana de trabajo y que esta quede en 40 horas laborales, en lugar de las 48 que actualmente establece la Ley Federal del Trabajo.
En la actualidad, la jornada y semana laboral se mantiene desde hace décadas. Sin embargo, sostuvo que la cantidad de horas trabajadas y cómo se distribuyen afectan la calidad del trabajo y la vida fuera del lugar de labores.
“Las horas de trabajo y la organización de éste pueden tener graves consecuencias para la salud física y mental y el bienestar de los trabajadores. También, en la seguridad en el trabajo y durante los trayectos de la casa al empleo y viceversa, y para sus ingresos”, precisó la legisladora.
Trabajan más horas
Por otro lado, señaló que, aun cuando la Ley estipula que el tiempo de trabajo no puede exceder las 48 horas por semana, la realidad de los trabajadores es otra. Por ejemplo, según el Inegi, un 26.8% hombres y 19.3% de mujeres trabajaron más de 48 horas. Asimismo, en comparación del año pasado, en un gran porcentaje, las jornadas laborales aumentaron para las personas trabajadoras.
“Considerando que la jornada laboral vigente no se adecua a la vida actual, la realidad es que las jornadas reales sobrepasan el tiempo máximo de labores, rompiendo el equilibro entre las horas laborales, horas de descanso y horas de recreación”, precisó la diputada.
Afectaciones a la salud
Las y los trabajadores consideran que trabajar horas o días de más tiene consecuencias adversas en el organismo.
La OMS estima que cada año existen 160 millones de nuevos casos de enfermedades relacionadas al trabajo. Las condiciones de trabajo generan que un tercio de ellos presenten dolor de espalda, 16%, pérdida de audición, 10% de cáncer de pulmón y 8% depresión por riesgos de trabajo”.
Impacto social
Además, señaló que las largas jornadas laborales traen consecuencias como el debilitamiento del tejido social al impactar en la cohesión de las familias. Es decir, las jornadas laborales extensas y el cansancio hace que padres y madres de familia dejen a los menores al cuidado de otros familiares o instituciones, desfavoreciendo el acercamiento familiar y afectando a los infantes. También hay una menor participación en la vida comunitaria y cívica.
Los desequilibrios entre el trabajo y la vida privada reducen el bienestar mental, provocando estrés, ansiedad, insatisfacción laboral y en la vida privada. Otras consecuencias negativas son alteraciones del sueño, los ritmos biológicos, fatiga, estado de ánimo y rendimiento en el trabajo.

No hay igualdad de condiciones
Respecto a las condiciones laborales, estas “son discriminatorias”, indicó Prieto Terrazas. “Mientras que el aparato burocrático labora un promedio de 30 horas semanales, los operativos deben laborar como mínimo 48. Si hablamos de trabajos como el de guardias de seguridad, veladores y personas que tienen jornadas laborales de 12 horas diarias, hasta 72 horas semanales, laborando seis días a la semana”, sentenció.
Tampoco se toman en cuenta las horas que las personas invierten en los trayectos al trabajo y de regreso. En total, se pasan cerca de 462 horas al año en el transporte público y unas 264 horas al año en el tráfico si usan el automóvil. Esto equivale a 20 días, sin contar el estrés y cansancio generado por el exceso de población que utiliza los medios de transporte público o el tráfico de cada día.
Cambios en leyes y políticas
Un equilibrio entre la vida laboral y personal de las personas trabajadoras también es beneficioso para los patrones. Aquellas empresas que implementan políticas que concilian la vida laboral y personal se benefician de una mayor retención de los trabajadores actuales, una mejor contratación, menores tasas de ausentismo y una mayor productividad.
La propuesta
Prieto Terrazas refirió que ya hay países en donde la jornada o semana laboral no es mayor de 40 horas.
“México se ha rezagado en cuanto a la protección de derechos laborales, en especial a una jornada digna de trabajo”. En 1935, la Organización Internacional del Trabajo emitió el Convenio C047 donde se estableció una jornada máxima de 40 horas laborables, “mismo que no ha sido ratificado por México”, dijo.
Por lo tanto, subrayó, “es probable que la reducción de las horas de trabajo, mejore el equilibrio entre el trabajo y la vida privada de los empleados, aumentando así la calidad de vida de los trabajadores y su satisfacción vital, lo que también se conoce como ‘felicidad’, principalmente en la economía”.
Ante esto, propuso reformar los artículos 59 y 71 de la Ley Federal del Trabajo para fijar un límite al número de horas que corresponden a la jornada laboral semanal. Estos quedarían de la siguiente manera:
Artículo 59. El trabajador y el patrón fijarán la duración de la jornada de trabajo, sin que pueda exceder las cuarenta horas.
Artículo 71. En los reglamentos de esta Ley se procurará, que los días de descanso semanal, sean los días sábados y domingos. Los trabajadores que presten servicio en día sábado y domingo tendrán derecho a una prima adicional de un 25%, por lo menos, sobre el salario de los días ordinarios de trabajo.
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