La escultora Ale Jiménez expone por primera vez su pieza «En el Nombre del Padre» en la muestra México en el Vidrio.
Es una escultura realizada con fragmentos de vidrio verde esmeralda, de un tamaño tres veces mayor que el representado por Leonardo Da Vinci en la obra del cráneo seccionado, logra disolver el límite entre la anatomía y el cosmos, dando lugar a una nueva era del conocimiento: la conciencia de uno mismo, menciono la escultora Ale Jiménez.
La muestra de arte “México en vidrio”,se encuentra en en el Centro de Artes Plasticas y Artesanía Independencia IMSS, en la calle San Ramón #31 Col. San Jerónimo Lídice, alcaldía Magdalena Contreras. y permanecerá abierta hasta el 23 de septiembre. https://caindependencia.negocio.site/?utm_source=gmb&utm_medium=referral
¿Cuales son las características de esta escultura, «En el Nombre del Padre»?
La Técnica: vitromosaico, el Material: vidrio y sus Medidas: 52 X 30 X 35 cm. que profundizan en su enfoque estético de la escultura.

La artesanía del vidrio ha contado a través de diferentes formas, colores, tamaños y esculturas la historia de la humanidad. La técnica milenaria de escupirlo va desde el mediterráneo hasta nuestra tierra, pues el arte del vidrio ha influenciado a muchas civilizaciones de distintas maneras permitiendo su propagación a nivel mundial.
En este 2022 se conmemora la relevancia del vidrio con la muestra “México en vidrio” montada por el Maestro Manuel Rodríguez Cabañas, en el centro de Artes Plásticas y Artesanías Independientes que le da espacio a un conjunto de obras de artistas que muestran a través de este material cómo ven a México, un país lleno de colores, formas, espacios, climas, etc., donde el vidrio es tan noble que permite dar transparencia, luz, color, volumen e identidad a la gente y sus tradiciones, haciendo honor a nuestra cultura desde el colectivo imaginario.
Para esta exposición, la artista Ale Jiménez ha creado esta obra que lleva por nombre «En el Nombre del Padre» que revela el interés continuo de la artista por la mortalidad y las nociones de valor. Un recordatorio de la fragilidad de la vida, la obra puede verse alternativamente como un gesto glorioso, desafiante o provocador frente a la muerte misma.
Ale, inició su camino dentro de las artes gracias a la influencia de su madre (vitalista) y su padre (carpintero), lo que se tradujo en su pasión por la escultura. Tras licenciarse en la Universidad de Palermo en Buenos Aires, asistió a varios cursos en el Centro de Artes Plásticas y Artesanía Independencia, para adquirir diferentes técnicas de vidrio como temple térmico, vidrio frío, vitromosaico y otras técnicas tradicionales que profundizan en su enfoque estético de la escultura.
“Para mí, el vidrio constituye, un material con el que en muchas ocasiones pueden crearse objetos artísticos o artesanales, utilitarios o de ornato, debido a las posibilidades multifacéticas que posee, así como las técnicas de trabajo que le son afines. La fascinación por el vidrio, como recurso creativo, llegó a mi vida de golpe y sin retorno, cuando descubrí que con su brillo y transparencia podía jugar con la luz e imprimir profundidad y efectos ópticos a mi trabajo”, confiesa la artista.
Esta obra de arte es una muestra más de las experiencias que Ale ha transitado hasta comprender el lenguaje de forma única y original para materializar deseos, emociones, percepciones y sensaciones, que en la producción artesanal refuerzan su herencia y reflejo cultural de diferentes pueblos.
Puedes consultar a la artista en sus redes sociales y correo electrónico.