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Percepciones sobre el INE. Una historia de dos tercios

En la literatura académica los órganos electorales son llamados Electoral Management Bodies (EMB) y se distinguen por su carácter especializado. En muchas ocasiones, la ciudadanía los percibe como órganos confiables, sobretodo cuando resalta su carácter técnico, a pesar de estar sujetos a diversos grados de presión partidista. De acuerdo con el Proyecto Ace para 2021, de un total de 215 países y territorios, en 136 existía un órgano electoral especializado e independiente (63 por ciento). Debe tenerse presente que el 20 por ciento de todos los EMB, en tanto órganos administrativos, esto es sin contar tribunales, se concentra en el continente americano (26 países).

Uno de los temas centrales al analizar a los EMB es la forma en la cual se selecciona a quienes les integran. Según el mismo Ace, en el 21 por ciento la selección es unipersonal, a través del presidente, jefe de gobierno, monarca o rey, en el 27 por ciento de los casos no se cuenta con el dato y en 52 por ciento de los países se trata de una decisión conjunta, sea entre poderes, con la sociedad civil o por un poder que sea colegiado, como ocurre en el caso mexicano donde los nombramientos al INE se proponen y aprueban en la Cámara de Diputados. En esta revisión no se halló un solo ejemplo donde el órgano electoral se integrara mediante voto popular, como lo plantea la iniciativa de reforma electoral presentada por la Presidencia y publicada el 28 de abril de 2022 en el número 6012-XI de la Gaceta Parlamentaria.

Ahora bien, ¿qué piensan las personas de esta parte de la propuesta presidencial? En una encuesta telefónica nacional levantada los días 1 y 2 de abril de 2022 por Alejandro Moreno, para El Financiero, se preguntó por la manera más adecuada para seleccionar a quienes integrarían las consejerías del INE. El 40 por ciento prefirió privilegiar exámenes y mecanismos para probar méritos y capacidades, 31 por ciento por medio del voto y 26 por ciento para que fueran nombradas por diputados de todos los partidos. En esa misma encuesta también se preguntó si diversos cargos se debían elegir mediante voto popular o elegirse por expertos en la materia para validar méritos y capacidades. En el caso del INE, el 46 por ciento prefirió el voto popular y el 50 por ciento la ruta del expertise. Si bien está presente la posibilidad de elección popular de quienes integren el INE, ésta no parece ser vista como una opción mayoritaria, aun preguntando de dos formas hasta cierto punto distintas, pero comparables.

Sobre las percepciones, opiniones y confianza en el órgano electoral, una encuesta nacional en vivienda levantada del 19 al 22 de marzo de 2022 por Ricardo de la Peña para GEA incluyó diferentes mediciones. El 60 por ciento señaló que el INE sí cumple con sus funciones de manera adecuada, 58 por ciento consideró que las pasadas elecciones federales estuvieron bien organizadas (en alusión a las de junio de 2021), 54 por ciento reportó que el INE sí garantizó imparcialidad en las elecciones pasadas y 58 por ciento que sí garantizará imparcialidad en las elecciones próximas, además de hallarse un 59 por ciento que aprobó la labor realizada por los consejeros.

Si la pregunta sobre confianza en el INE se llevara al año pasado, se hallarían datos muy similares. En una encuesta nacional en vivienda levantada entre el 22 y el 30 de mayo de 2021 por Lorena Becerra de Reforma, se halló que 62 por ciento sí confiaba en el INE. Números similares, incluso superiores, se observan en el levantamiento nacional telefónico de Alejandro Moreno del 7 y 8 de octubre de 2022: 68 por ciento aprueba el trabajo que hace el INE en organizar elecciones. En los últimos seis meses las respuestas han fluctuado en alrededor de 10 puntos, con un promedio de 63, mínimo de 57 en junio y máximo de 68 en octubre.

Los alrededor de dos tercios de apoyo, confianza, buena opinión o aprobación popular sobre el órgano electoral nacional parecen haberse consolidado en este año, junto con un 25 a 30 por ciento que le evalúa mal. De hecho, al indagar por la reforma al INE, se observa que los cambios mayores (20 por ciento) o incluso totales (14 por ciento) suman 34 por ciento, según una encuesta telefónica nacional levantada por Alejandro Moreno el 23 y 24 de septiembre de 2022, donde 40 por ciento señaló que el INE requiere cambios menores y 25 que no requiere cambios. Sumados estos dos últimos, pareciera que nuevamente se tendrían los dos tercios a favor ya conocidos.

Finalmente, esta división subsiste en el partidismo: 62 por ciento de quienes votarían por Morena y sus aliados sí confiaba en el INE, así como el 70 por ciento de quienes votarían por alguno de los partidos que integraron la coalición opositora, de acuerdo con la encuesta de mayo de 2021 levantada por Lorena Becerra. Asimismo, entre mayo y octubre de 2022, de acuerdo con levantamientos telefónicos nacionales de Alejandro Moreno, 64 por ciento de morenistas y opositores aprueban al INE. En contraparte, el 35 por ciento de votantes de Morena y 27 por ciento de la coalición opositora desconfiaban del INE en 2021, mientras que 33 por ciento no aprobó al INE en los últimos seis de meses de 2022, con independencia del partido.

En conjunto, estas evidencias sugieren que la evaluación al órgano electoral se sitúa en dos tercios, porcentaje superior al promedio de confianza y opinión positiva sobre el IFE entre finales de 2012 y 2014, el cual oscilaba en 50 por ciento. Hoy la historia es diferente. El recuento reciente de percepciones sobre el órgano electoral nacional parece resumirse en dos tercios de apoyo, donde algunos cambios menores serían deseables, en contraparte con un tercio de desaprobación con la idea de cambios mayúsculos. Ya veremos qué ocurre con las diversas propuestas de reforma electoral.

Tw: @alejdiazd

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