Este jueves, el Papa Francisco rindió homenaje a su predecesor, el ex Papa Benedicto XVI, en un funeral al que asistieron miles de dolientes en la Plaza de San Pedro.
Se trata de la primera ocasión en los tiempos modernos en que un pontífice presidió el funeral de su predecesor. Así como la primera en renunciar a su cargo en casi 600 años, en lugar de ocupar el cargo de por vida.
El ex Papa Benedicto XVI, dedicó sus últimos días para la reflexión. Además, escribió tres libros en los que se encargó de hablar de la vida y obra de Jesús. Falleció a los 95 años el pasado 31 de diciembre en un monasterio en la Ciudad del Vaticano.

Según el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, unas 50.000 personas asistieron al funeral en la Plaza de San Pedro. Asistencia que se comparó con un estimado de 1,1 millones de personas para el funeral del predecesor de Benedicto, el Papa Juan Pablo II en 2005. En esa ocasión, asistieron 500.000 personas a la Plaza de San Pedro y sus alrededores. Mientras que otras 600.000 que miraban en pantallas de video en otras partes de Roma.
«La ceremonia»
La ceremonia fue similar a la de un papa reinante pero con algunas modificaciones. Benedicto XVI fue nombrado papa emérito durante el funeral. Aunque el lenguaje de algunas oraciones fue diferente porque él no era el papa reinante cuando murió.
El ataúd de Benedicto XVI fue trasladado a la cripta del Vaticano para el entierro, en la primera tumba de Juan Pablo II. La cual, desalojaron del cuerpo de Juan Pablo II y sus restos fueron trasladados a una capilla dentro de la basílica cuando se convirtió en santo.
En el momento del entierro durante el rito, se colocó una cinta alrededor del ataúd con los sellos de la cámara apostólica, la casa pontificia y las celebraciones litúrgicas.
