Este viernes, dieron el Premio Nobel de la Paz a la Organización No Gubernamental (ONG) rusa Memorial, pero, pocas horas después, un tribunal en Rusia incautó sus oficinas.
El Premio se otorgó también al activista de derechos bielorruso encarcelado Ales Bialiatski y a la organización ucraniana Centro por las Libertades Civiles.
Berit Reiss-Andersen, presidenta del Comité Noruego del Nobel, expresó que éstos son “defensores de los derechos humanos, la democracia y la coexistencia pacífica en los países vecinos de Bielorrusia, Rusia y Ucrania”.
Agregó que ellos “han revitalizado y honrado la visión de paz y fraternidad entre naciones de Alfred Nobel».
Bialiatski fue detenido tras las protestas del 2020 contra la reelección del presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko. Hasta la fecha, sigue encarcelado sin juicio.
Sin embargo, horas más tarde, un tribunal de Moscú ordenó incautar la oficina a petición de la Oficina del Fiscal General de Rusia.
Desde hace 30 años la organización investiga las represiones políticas y denuncia abusos de derechos humanos en Rusia tras la caída de la URSS.
«Memorial se fundó en la Unión Soviética en 1987 para garantizar que se recordarse a las víctimas de la represión comunista. En estos años ha recabado información sobre los abusos de los derechos humanos en Rusia y monitoreó el destino de los presos por causas políticas en el país», indicó la agencia Associated Press News.
La ley rusa la declaró «organización extranjera», que acepta fondos del extranjero y se dedica a la «actividad política». Memorial sostiene que las actividades de la sociedad no cumplen con los criterios de «actividad política» según lo exigido por la ley.
El Ministerio de Justicia acusó a Memorial de «socavar los fundamentos constitucionales de la Federación Rusa» y de «promover un cambio de régimen político». La organización se liquidó en 2021, señalan, por cuestiones políticas. También comunicó que perdería su edificio en la capital rusa.